Mar y naturaleza muy cercanos.
La
región del Pacifico Central es la vía más cercana a la capital para disfrutar del mar y de la vida silvestre. La zona ofrece
desde centros de diversión de playa y populares sitios pare la práctica del surf y la pesca deportiva, hasta bosques tropicales
ricos en especies, islas rodeadas solamente por vegetación, pueblos de pescadores y playas interminables de suave arena, ideales
pare el descanso. La oferta gastronómica y de hospedaje es igualmente variada pues, entre ésta, se cuenta con algunos de los
mejores "hoteles boutique" de Costa Rica, así como con platillos internacionales y locales de calidad, entre los que no pueden
faltar los mariscos.
La observación de la vida silvestre es una de las actividades más atractivas que ofrece la región,
ya que en las inmediaciones del Parque Nacional Carara, a dos horas de la capital, habita una de las poblaciones de lapa roja
más grande del país, cuyas bandadas es posible admirar a tempranas horas de la mañana o muy cerca del ocaso. El parque en
si constituye una joya biológica por representar una transición entre el bosque húmedo y seco del Pacifico. Cerca de allí,
en la desembocadura del Río Grande de Tárcoles, es posible observar desde el puente sobre la carretera principal el espectáculo
de enormes cocodrilos descansando a villas de los playones del río. En el sitio se ha popularizado un tour, único del país,
en el que los visitantes pueden observan más de cerca, por medio de un paseo en bote, cómo estos reptiles engullen su alimento.
Siguiendo por la línea costera se observan las filas interminables de palma africana, cuyo aceite se utiliza en cosméticos
y productos comestibles, las cuales guían al visitante hacia uno de los parques nacionales más visitados del país: Manuel
Antonio, hogar de numerosas especies entre las que destaca el pequeño mono Tití. El parque brinda la oportunidad de explorar
su bosque húmedo tropical, sus manglares islotes y vida marina.
Muchas de las playas de la región | son ideales pare
la práctica del surf, como es el caso de Esterillos, Jacó, Hermosa, Boca Barranca.
Por su parte, Puntarenas, la ciudad
más grande de la región, regala a sus visitantes su ambiente de puerto. Está ubicada en la franja de tierra que mira hacia
el Golfo de Nicoya y constituye uno de los principales puntos para la atraque de cruceros. Posee también el único parque marino
del país y es considerado el mejor sitio de Costa Rica para la realización de triatlones internacionales. Cuenta también con
festividades como los carnavales, en época de verano, y el Festival Virgen del Mar, el 16 de julio.
Ancladas en el
Golfo de Nicoya, islas como Guayabo, Negritos, Pájaros y Tortuga muestran a quienes navegan por sus cercanías un espectáculo
natural en el que resaltan las grandes bandadas de aves marinas como los pelícanos pardos, los loros y las tijeretas de mar.
La Isla Tortuga es uno de los destinos más apetecidos por su playa de arena blanca y paisaje natural.
Luego de cruzar
el Golfo de Nicoya playas escondidas, cataratas y áreas silvestres como la Reserva Absoluta Cabo Blanco, ofrecen al visitante
una variedad de actividades por realizar.
Más lejos aún, a 535 kilómetros de Cabo Blanco, se yergue la Isla del Coco,
declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; un antiguo refugio de corsarios y leyendas de tesoros. Si embargo su invaluable
riqueza reside en su vida natural, especialmente la marina, que presenta una abundancia de especies de gran atractivo para
los amantes del buceo, como es el caso los tiburones martillo, los mamíferos marinos y los corales.
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