Naturaleza exuberante y arqueología única.
Grandes
masas de bosque tropical húmedo que albergan especies únicas en el planeta, un océano de abundante y variada riqueza marina,
el pico más alto del país, un legado indígena que descubre misterios tan interesantes como las esferas de piedra y culturas
vivas que aún hoy conservan sus tradiciones, son parte de lo que ofrece el Pacifico Sur de Costa Rica.
Su lejanía
con el Valle Central ha hecho de esta zona una de las últimas fronteras de la colonización en el país, lo que ha permitido
la conservación de importantes masas de bosque como es el Parque Nacional Corcovado, último reducto de bosque tropical húmedo
en la costa pacífica de Mesoamérica y el Parque Internacional La Amistad (Costa Rica-Panamá), declarado por la UNESCO sitio
de patrimonio natural.
La región posee también la extensión de manglar más grande del país: los humedales de SierpeTérraba,
de una gran belleza escénica, así como ecosistemas únicos, como los lagos glaciales del Parque Nacional Chirripó, el pico
más alto del país, de 3.821 metros de altura, y el Golfo Dulce, al que los científicos consideran un verdadero fiordo tropical,
único en el mundo por su riqueza de especies.
La Península de Osa, que cubre gran parte del Pacifico Sur, constituye
un sitio de gran atractivo natural que, junto con la cordillera de Talamanca, representa una de las primeras tierras que emergieron
para dar lugar a América Central. Ambos son los sitios de mayor diversidad biológica del país. Debido a que la península constituyó
una isla en el pasado, posee especies silvestres únicas, además de aquellas características del norte y sur de América.
Sus
bosques tropicales albergan árboles de hasta 70 metros de altura, de especies maderables de gran valor, y las poblaciones
más grandes de animales en peligro de extinción como los felinos y lapas rojas. En las partes altas de la Cordillera de Talamanca
el ecosistema de páramo muestra la máxima expresión de su naturaleza achaparrada de formas caprichosas.
Osa y Talamanca
son también el hogar de los principales grupos indígenas del país, de influencia tanto mesoamericana como sudamericana. Vestigios
indígenas como las esferas de piedra son también característicos de la región. Algunas de las más famosas se encuentran en
la Isla del Caño, frente a las costas de Bahía Drake, uno de los mejores sitios para buceo del país. Sus claras aguas, las
mismas que bañan el Parque Nacional Corcovado, son testigo de la migración de especies como las ballenas jorobadas, el paso
de delfines como el manchado y el nariz de botella, y el desove de las tortugas verde, baula, lora y de carey.
Las
innumerables playas que bañan las costas del Pacífico Sur están rodeadas por una exuberante naturaleza y sus arenas poseen
las más diversas tonalidades. Algunas son grandemente apetecidas para el surf, como Playa Dominical, cerca del Parque Nacional
Marino Ballena, y Playa Pavones, en el sector de Golfito, que forma la mundialmente famosa ola larga izquierda. Otras son
playas solitarias, ideales para caminar por horas o estar a solas con la naturaleza.
Ríos y cataratas complementan
el paisaje natural y el encanto de esta región.
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